viernes, 6 de mayo de 2011

Gestión investigativa

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

RÓMULO GALLEGOS
ÁREA DE POSTGRADO

Doctorado en Ciencias de la Educación
Cohorte I Valle de la pascua



FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA INVESTIGACIÓN EN LAS CIENCIAS SOCIALES
(ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES  INMANUEL WALLERSTAIN)
SINOPSIS


Facilitadora:
Dra. Carmen O. Díaz S.

Participante:
Antonio Prada Rivera C.I. V-4.951.134








Valle de La Pascua, Mayo de 2011.

          Desde la aparición de las ciencias sociales han girado en torno a ella un sinfín de controversias sobre su carácter y rigor científico. En primera instancia, hay que remitirnos a las nociones básicas para poder establecer una interpretación efectiva respecto a las ciencias sociales y su relación con las ciencias naturales. En el siglo XVII y XVIII, después de la relación intrínseca con la filosofía, el entendimiento de ciencia estaba atribuido a la mecánica celeste –newtoniana- y al dualismo cartesiano, referido a la suposición de que existía una distinción fundamental entre la naturaleza y los humanos, entre la materia y la mente, entre el mundo físico, el mundo social y el espiritual.
             Immanuel Wallerstein, a propósito de la crisis en las ciencias sociales, o al menos una percepción similar y  con el apoyo de la fundación Gulbenkian, reunió a estudiosos para establecer pautas y medidas para combatir las dificultades de las Ciencias Sociales en el siglo XXI.  La ciencia social universitaria, parecida a lo que conocemos ahora, se dio después de 1850 a 1945 y que los temas o disciplinas considerados para tal fueron: historia, economía, sociología, ciencia política y antropología. Sin embargo, la clasificación resulta compleja y siempre dan cabida a discusiones dado su arbitrariedad. Prueba de ello es  la historia, actualmente, se clasifica no como ciencia social, sino como parte de las humanidades.
            Wallerstein dice que las leyes que podemos formular solamente enumeran posibilidades, nunca certezas. En este punto no es una ley lo que afirma, sino una teoría. No debe confundirse la ley con la teoría. La primera es lo que es, y la segunda, la idea de lo que es. Así como la complejidad que aduce es resultado de los procesos de cambio que se dan, y que se han dado, afirmar esto significa reducir la abstracción a la incertidumbre y a la emoción propia de las coyunturas sociales, políticas, económicas y/o ambientales.
            La propuesta de Wallerstein et al (Juma, Fox Keller, Kocka, Lecourt, Mundimbe, Mushakoji, Prigogine, Taylor y Trouillot) es cambiar el argumento teórico que a priori considera como determinado aquello que no está justificado, e inspeccionar esas premisas considerando también “pesos de diferencia” como son “la raza”, género, sexualidad o “clase”. Pero en términos más completos, el despertar de la ciencia social de un letargo productivo, institucionalizado y repetitivo, puede darse a partir de la toma de conciencia activa y del papel protagonista que tendrán los individuos y los intelectuales al asumir una posición compañera del mundo natural y la sensibilización con los problemas y la manera en que estos deben enfrentarse. En otras palabras, sus aportes no sólo muestran la evolución del conocimiento hacia ese plano de organización que hoy conocemos como ciencias sociales, sino que es un claro proyecto de actualización y fortalecimiento del camino, que al criterio de ellos, deberían tomar las  investigaciones en ciencias sociales.