LO POSITIVO, LO INTERESANTE Y LO NEGATIVO DE MI GESTIÓN DOCENTE
La innovación
educativa y formación permanente del profesorado, constituyen dos factores
clase explicativos de la mejora profesional docente, que caminan de forma
pareja y se apoyan mutuamente y que influyen en su implicación y satisfacción
profesionales.
Desde esta
perspectiva, concibo lo positivo de mi gestión docente como un
profesional comprometido en la transformación del entorno social y escolar, un profesional
crítico y reflexivo que comparte su tarea con los demás miembros de la
comunidad educativa. A través de la investigación y la reflexión racional de la
propia praxis, puedo conocer las
dimensiones que se encuentran implicadas, a veces de manera inconsciente, en la
dinámica del aula y en la cultura escolar. Siempre he estado en constante
actualización, lo que me ha permitido lograr un alcance pedagógico sustentado
en valores morales, compromiso y responsabilidad en relación de un aprendizaje
efectivo.
Por otra parte
y de acuerdo a mi experiencia, el trabajo colaborativo y la estrategia de
resolución conjunta de problemas, facilitan una conciencia y desarrollo
profesionales con un mayor sentido de equipo y mayor cohesión como comunidad
educativa, lo cual debe de ayudar a mejorar la imagen que el profesorado tiene
de sí mismo y a aumentar su satisfacción e implicación en la tarea docente. Debemos
caracterizarnos por el diálogo, la inclusión y el respeto hacia todas las
personas. De esta manera, crear una educación más abierta, más flexible y más
estable en pro del desarrollo de una mejor sociedad, donde haya paz, armonía,
justicia e inclusión social, valores de la verdadera dignidad de la familia
humana.
En lo que
respecta a lo interesante de mi gestión como docente, puedo decir que he contribuido
en la formación de otras personas dedicadas a la docencia y a
la salud, tanto a nivel de pregrado y postgrado. He puesto mi vocación de
servicio en el desempeño de mi profesión en todas las dependencias en las
cuales he ejercido esta loable labor.
De lo negativo
tengo que decir que al comienzo de mi carrera docente fui muy implacable e
inflexible, pero que con el paso del tiempo y los estudios adquiridos, he
comprendido que no era la actitud más adecuada en el ejercicio de mi carrera,
así que decidí dejar a un lado esos modos de actuación para convertirme en un
docente flexible, comprensible y empático en el trato hacia mis estudiantes.
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